sábado, 1 de mayo de 2010

De tal palo, tal astilla: San José obrero, Jesús obrero


Hoy, 1º de mayo, quiero iniciar este blog destacando al mejor trabajador. A Vos mismo, Jesús, quien seguramente aprendiste al lado de tu padre San José, el digno oficio de carpintero. Y dedicárselos a ambos.
El 1° de Mayo, tiene el sentido histórico de la reivindicación de la clase trabajadora como tal, frente a la clase poseedora de los medios de producción. Así nace la justa aspiración de los trabajadores de todo el mundo para obtener una conquista laboral, "la jornada de ocho horas", que es actualmente Ley en casi todos los países, aunque se busca la forma de evadirla.

Para entrar en la historia, tuvimos que recibir el bautismo de fuego el mismo día en que se dispusiera su celebración, con uno de los procesos judiciales más inicuos de que tengamos memoria en la historia de la humanidad.

El crimen de Chicago, como fuera denominado, costó la vida de gran cantidad de trabajadores y dirigentes sindicales; no existe un número exacto, y miles de heridos de balas, torturados, detenidos, procesados, despedidos. La mayoría de los obreros eran inmigrantes, en gran cantidad italianos, españoles, alemanes, rusos, irlandeses, judíos, polacos, eslavos.

Pero fue gracias a S.S. Pío XII que se dedica a San José obrero este día, cristianizando la celebración. Aquel 1º de mayo de 1955, dijo él mismo a los obreros reunidos aquel día en la Plaza de San Pedro: — «el humilde obrero de Nazaret, además de encarnar delante de Dios y de la Iglesia la dignidad del obrero manual, sea también el próvido guardián de vosotros y de vuestras familias».

Hoy celebramos a tu padre nutricio, justo y humilde carpintero de Nazaret, que pasa la vida no sólo en la meditación y la oración, sino también en las fatigas de su artesanía. San José es el símbolo de la prudencia, del silencio, de la generosidad, de la dignidad y de la aplicación en el trabajo; también lo es de los derechos y de los deberes respecto del trabajo.

San José fue un auténtico obrero en el pleno sentido de la palabra, y el único hombre que compartió con Vos, Hijo de Dios la tarea de todos los días.

Te pido hoy, Jesús mío, por todos los trabajadores de nuestra patria y del mundo, pidiendo al cielo para que sean instrumento de paz, de evangelización, de serena inteligencia, de valor y de confianza en sí mismos, de esperanzas de bien y de fervientes voluntad, dignos y sin retaceos en la hermandad de los hombres. Hoy la Iglesia recuerda, en el día de los trabajadores, a san José, obrero. Y yo, Señor, humildemente, quiero destacar tu propia figura de hombre trabajador.

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